La carta de La Justicia, que porta el número XI en los arcanos mayores, es el símbolo del equilibrio kármico y la objetividad. La imagen tradicional de esta carta suele representar una figura regia que sostiene una espada en una mano y balanzas en la otra, emblematizando la toma de decisiones imparciales y la búsqueda de la verdad. La Justicia nos habla de la necesidad de considerar todas las perspectivas y actuar con honestidad, asegurando que nuestras acciones estén alineadas con la ley universal y nuestra conciencia moral.
La Rueda de la Fortuna, marcada con el número X, es una carta rica en simbolismo que alude a la naturaleza cíclica de la vida y a los cambios inesperados que ésta trae consigo. Representa la fortuna que gira constantemente, lo que puede llevar a altibajos en diversas áreas de la vida. Esta carta nos advierte que no hay estabilidad absoluta y nos alienta a adaptarnos al flujo de eventos, enseñándonos sobre la temporalidad de la buena suerte y la importancia de ser resilientes ante la adversidad.
El Diablo aparece con el número XV y muestra una figura que representa la tentación y el materialismo. Esta carta advierte de la posibilidad de estar atrapado en cadenas autoimpuestas, ya sea a través de adicciones, deseos o una búsqueda incesante de los placeres mundanos. Nos incita a reflexionar sobre nuestras dependencias y a preguntarnos si lo que deseamos es en realidad lo que necesitamos, o si simplemente estamos encadenados a algo que no nos permite evolucionar espiritualmente o emocionalmente.
Cuando La Justicia, La Rueda de la Fortuna y El Diablo se presentan juntos en una lectura de Tarot, el mensaje puede ser bastante potente. Esta combinación sugiere un momento en tu vida donde los principios de equidad y verdad están profundamente entrelazados con los ciclos de cambio y la lucha contra las tentaciones materiales.
El mensaje central aquí es sobre mantener el balance en tiempos de tumulto. La Justicia te pide ser honesto y justo, no solo con los demás sino también contigo mismo. La Rueda de la Fortuna te recuerda que la vida está en constante cambio y que los buenos tiempos como los malos son pasajeros. Finalmente, El Diablo te advierte que, a pesar de las fluctuaciones de la suerte, no debes perderse en las bajezas del materialismo o el deseo desenfrenado.
Si estás viviendo una situación que te parece injusta o estás enfrentando cambios significativos, esta combinación te insta a prestar atención a tus decisiones. Asegúrate de que estas no estén siendo impulsadas por caprichos o influencias negativas que, al final, solo te atarán más a situaciones que impiden tu crecimiento personal.
En conjunto, estas cartas te desafían a mantener tu integridad a lo largo de los giros impredecibles de la vida y a liberarte de las cadenas que te atan a hábitos o estructuras destructivas. La armonía y el progreso personal son posibles si logras equilibrar la justicia personal y universal, adaptarte a los inevitables cambios, y resistir las sombras que El Diablo puede proyectar sobre tus caminos.