TRATADO SOBRE LA MATERIA DE
LA PIEDRA DE LOS FILÓSOFOS EN GENERALAnónimoDe la materia de
la piedra en generalLa materia primera y lejana de la piedra es triple,
a saber, mercurio, plata y oro, pues toda perfección consiste en estos tres,
dado que todo lo que es trino es perfecto
No hay sino una perfección soberana e
independiente que es Dios, pero en su unidad encierra la trinidad de
personas
Los espíritus desprendidos por todas las materias son de tres
tipos, y en el hombre algunos son buenos, otros malos y otros intermedios, y
cabe decir que todas las cosas más perfectas aman la trinidad
Sus miembros
principales son tres, a saber, el corazón, el cerebro y el hígado, a partir de
los cuales se expanden por todo el cuerpo las arterias, los nervios y las venas,
por los que fluyen los espíritus naturales vitales y animales, que sustentan las
facultades naturales vitales y animales
Y para no alejarnos de nuestro
propósito, decir que en el género humano encontraréis tres sexos: el masculino,
el femenino y el hermafrodita
Y en nuestra obra, el oro es el macho, la plata,
la hembra y el andrógino es el mercurio, debiendo concurrir los tres a una misma
obra
Y si otros aseguran lo contrario, como aquellos que dicen que la
materia de la piedra es el tártaro, el vitriolo, el antimonio, el vinagre, la
orina, el menstruo, la simiente, las secundinas, la sangre, la celidonia, la
lunaria, la salamandra y otras cosas parecidas, o bien es que ignoran el arte o
es que se refieren a otra cosa que quizá se parezca en el color, o en la
consistencia o en otras cualidades parecidas
Así pues, todos aquellos que
buscan la materia fuera del género metálico y en cuerpos distintos a los metales
trabajan inútilmente y en vano
Placería a Dios que éstos hubieran impreso
fuertemente en sus espíritus este axioma de los filósofos: lo semejante engendra
lo semejante
¿Acaso alguien ha visto a un buey engendrar un león? ¿Engendra
el hombre un árbol, una planta o un metal? Siempre ha sido una norma que el
hombre engendre a un hombre, el caballo, un caballo o, lo que es lo mismo, el
hombre es engendrado de la semilla del hombre, el caballo de la semilla del
caballo, y de la semilla de la ruda es producida la ruda y no la salvia
Lo
mismo sucede con el oro, que no podréis producir jamás sino con oro, ni la plata
sin plata; y si alguno se aleja de este camino debe saber que perderá su tiempo
y su aceite y que empleará en ello todas sus riquezas e invertirá en ello toda
su vida
Y dado que son muchos los que emplean muchos años en este trabajo con
grandes dispendios, quiero advertirles que se hallan fuera de la verdadera vía,
pues no es menester tanto tiempo ni son necesarios tantos gastos, pues lo más
costoso en esta obra es el fuego
Del mercurio de los
filósofosPuesto que lo principal en nuestra obra consiste en saber qué
cosa es nuestro hermafrodita, a saber, el mercurio, tener especial cuidado en
conocer lo que es el leproso mercurio vulgar, que no es, en absoluto, apropiado
para nuestro objeto
¿Pero dónde queréis pues, -me diréis-, que lo busque y
de dónde lo debo tomar? Yo os respondo que se encuentra apresado y atado por
muchas cadenas, y sólo el filósofo lo puede rescatar y dejar en libertad
Él lo
ve siempre, pues su casa no tiene puertas ni ventanas; pero el vulgo no lo ve ni
lo reconoce, aunque se encuentra en todo lugar y está presente en todo momento,
lo posee tanto el pobre como el rico, la noche como el día
Todo el mundo lo
manipula, lo toca y lo pisa con el pie, y sin embargo lo desconoce, porque, como
ha sido dicho, su prisión no tiene puertas ni ventanas
Mas cierto individuo,
tras oír decir que el vulgo lo tocaba, lo pisaba con los pies, lo despreciaba y
ensuciaba, se dirigió hacia una montaña de la que había oído decir que estaba
habitada por cuatro hombres y dos mujeres que se ocupaban en cavar los
minerales, y que cada uno de ellos llevaba en su vientre lo que buscaba
Persuadido de esto, se llegó hasta la montaña y se encontró con el primer
personaje, que estaba ocupado en trabajar y cavar la tierra; le miró atentamente
y vio a un hombre fuerte y robusto, vestido de soldado, de color rojo, que había
vuelto de la guerra y que no sabía de otro oficio para ganarse la vida
Pero
éste, al ver al caminante, le habló con rudeza y le preguntó qué era lo que
buscaba y qué lo había tornado tan osado como para venir a aquellos lugares
donde nadie había estado antes
El viajero, fuertemente sorprendido al
saberse mirado con desdén y ser tratado con unas palabras tan rudas, respondió
con gran dulzura: ¡Oh, fortísimo hombre, he oído decir que sois cuatro los
hombres, y dos las mujeres, que trabajáis en esta montaña, y que por un gran
esfuerzo todos vosotros poseéis la materia de la piedra de los filósofos
Y,
puesto que yo ardo de amor por esta bendita piedra, no he tenido ningún temor en
venir a este lugar atravesando las aguas, las montañas y los peñascos; ¿acaso no
me daréis vos la esperanza de obtener de alguno de vosotros lo que yo
busco?Has oído bien, le respondió aquel fuerte hombre, somos cuatro hombres
y dos mujeres y, en efecto, lo poseemos en tanto nosotros somos lo que tú
buscas, y es también cierto que podríamos dártelo, pero dudo si sucederá tal
cosa, sin embargo puedes obtenerlo más fácilmente de uno que de otro
En lo que
respecta a mí no lo obtendrás si no combates valientemente conmigo como un
soldado experto, y si no me matas, pues lo que tú buscas lo guardo en el fondo
de mi corazón, y es mi alimento y lo que me da la vida; y lo mismo sucede con
todos los que estamos en esta montaña
El viajero le respondió: ¡Oh,
fortísimo hombre, vos sois duro y robusto; yo no quiero combatir contra vos pues
sería como enfrentar a un pequeño troyano con Aquiles, aún y cuando fuese capaz
de hacer todo lo que hizo David contra Goliat
Te aconsejo - le dijo el
robusto hombre - que no toques tampoco a mi concubina y vecina, pues aún es más
fuerte en el combate, y si yo soy un león, en verdad ella es una leona
Te
aconsejo también que no ataques a nuestro soberano capitán ni a su esposa, pues
son el rey y la reina, y poseen una gran pompa y esplendor, cuida pues de no
atacarlos, aunque puedas vencerlos
Pero si sigues adelante encontrarás a otros,
y si puedes vencerlos llevarás a buen término tus deseos
El viajero
continuó, pues, su camino hasta encontrarse con un hombre muy bello, bien
vestido y espléndido, al que habló como al anterior
Este hombre le respondió
que nunca le daría una cosa de la que obtenía su alimento y que le daba la vida,
y que además si accedía a lo que pedía, no sólo estaba en juego su vida sino
también la del rey y la de la reina
El caminante miró hacia todos los lados
para ver si alguien le veía, pues fue presa del deseo de matarle y de extraer de
su vientre lo que guardaba con tanto celo
Y tras haberle dicho que de su muerte
dependía también la muerte del rey y de la reina, todavía se sentía más dichoso,
pues alimentaba la esperanza de matarlos también y extraer de ellos el tesoro
que anhelaba
Al ver pues que no aparecía nadie, atacó al hombre espléndido
tomándolo por el cuello, por lo que aquél comenzó a pedirle clemencia
prometiéndole que si se la concedía le revelaría cualquier secreto que le
pidiese
Cuando el viajero le soltó, el hombre le dijo: Si continúas adelante
te encontrarás con un anciano que posee con más abundancia que yo el tesoro que
buscas, y le vencerás fácilmente porque ya es viejo
Es además muy próximo a
nuestro rey y a nuestra reina, pues es su portero y el portador de las llaves,
por ello, cuando le venzas podrás acercarte fácilmente al rey y a la reina para
poder matarlos también
El viajero prosiguió pues su camino hasta que al fin
se encontró con un anciano, hombre de pobre semblante y mal vestido, el más
miserable y el más despreciado por todos, por lo que se mostraba triste y
melancólico, y a él le dirigió el mismo discurso que a los anteriores
Pero el
anciano le respondió: ¡Oh buen hombre, buscáis aquí una cosa que ni los
príncipes ni los reyes pueden obtener; es cierto que la podéis encontrar
fácilmente en mí, y que vos podéis vencerme con facilidad en el combate, pues
soy viejo y débil y no llevo lo que buscáis en el fondo de mi corazón, como el
primero que os ha hablado, ni como su concubina
Yo lo guardo en mi vientre,
porque mi cuerpo y el de todos los demás extraen de él su alimento
Sin
embargo perderé la vida si me quitáis lo que buscáis
Pero perdonadme la vida,
os lo ruego, pues soy viejo, pobre y miserable, y podéis encontrar un tesoro
mejor en mi vecino, que es brillante, soberbio y aliado de nuestra reina
Si lo
hubieseis vencido habríais obtenido un tesoro más precioso que el que obtendréis
de mí, pues yo soy pobre, y no encontraréis jamás cosas bellas y relucientes en
casa de los pobres y de los despreciables
El viajero tuvo piedad del pobre
anciano al que podría haber matado fácilmente, creyendo que era mejor arrebatar
un tesoro más preciado al vecino del anciano, aunque fuera por la fuerza de las
armas si no se lo quería dar voluntariamente
Sin embargo, cuando el viajero
se iba, el anciano comenzó a sonreír, pues poseyendo un tesoro tan precioso
había engañado al caminante, el cual, al darse cuenta de ello, se volvió sobre
sus pasos y montando en cólera le dijo: ¡Ah, vil anciano!, ¿así que te estás
burlando de mí? Ahora comprendo que aparentas ser pobre y que sin embargo posees
el mayor tesoro, tal y como tu vecino me había dicho
Paga pues tu burla
recibiendo la muerte de mi mano
Así fue muerto el anciano
Es fácil saber
por todo lo que acabamos de decir de donde se debe tomar el mercurio
Sería
ahora necesario declarar la manera de hacerlo nacer y salir del vientre corporal
en el que está encerrado
Esto lo dan a conocer suficientemente todos los
filósofos y es lo que relatan todos los libros químicos acerca de la
importunidad (sic)
De aquí el dicho común de los filósofos: Haz el mercurio por
el mercurio; y es cosa esta en la que, por ser conocida por muchos, no nos vamos
a detener más
De la preparación y purificación del
mercurio
Tomad, pues, vuestro mercurio, y purificadlo bien pasándolo a
través de un lienzo plegado tres veces, cosa que haréis varias veces hasta que
aparezca puro como el agua límpida y cristalina
Nosotros rechazamos todas
las demás formas de purificar el mercurio, como aquellas que lo purifican
mediante el vinagre, la sal, la orina, la cal viva, el vitriolo y otros
corrosivos que destruyen la humedad del mercurio en lugar de exaltarla, y que
más que ser útiles, estorban
Del sol, de la luna y de su
preparaciónLa segunda materia de la piedra, que es llamada hembra, es la
luna, que conviene tomar tal y como sale de la mina, purísima, que no haya sido
empleada para ningún uso y que no haya probado la violencia del fuego, que no
haya sido mezclada con ningún cuerpo extraño y que sea fácilmente maleable
En
una palabra, que sea la más excelente en su género
Ésta deberá ser reducida a
finísimas láminas, aunque otros la reduzcan en cal
Lo que digo de la luna, lo
digo también del sol, que conviene tomar del color más encendido que hacer se
pueda, pues según sea la semilla que sembréis, tal será cosecha que
recojáis
Comienzo de la obraLo primero que conviene señalar aquí
es que para hacer la piedra al blanco o bien al rojo, se debe tomar una materia
distinta
Sin embargo la manera de operar en la una y en la otra es similar
Así
pues, lo que se diga de la operación al blanco, debe también entenderse para la
operación al rojo
En primer lugar es necesario hablar de la putrefacción de
la materia, que deberá ser seguida por la resurrección y exaltación, la cual no
tendrá lugar si la putrefacción no la ha precedido, pues la corrupción del uno
es la generación del otro
La semilla de cualquier hierba lanzada sobre la
tierra, se pudre y pierde su forma, después de lo cual, la virtud que estaba
escondida en ella, favorecida por el calor celeste, se manifiesta, y la tierra
que contiene la semilla putrefacta, al ser humectada por las lluvias y el rocío
del cielo, le concede un cuerpo más noble y más perfecto, haciéndole dar frutos
en abundancia
La naturaleza opera de la misma manera en todos los animales;
primero se alimentan, después crecen y, finalmente, engendran
Y si esto es
cierto en los hombres, en los animales y en las plantas, de lo que no cabe
ninguna duda, sería necesario estar ciego para no ver que la misma cosa sucede
en los minerales
Vosotros me diréis que la cosa es muy distinta en los
animales, ya que para la producción de una animal son necesarias las semillas de
dos, a saber, del macho y de la hembra
Yo respondo que lo que hace la unión de
las dos semillas, la del macho y la de la hembra, en la producción de un animal,
una sola semilla lo hace en los minerales
¿Y por qué no podría hacerlo? dado
que en los vegetales, la semilla que los produce no procede de dos plantas sino
de una sola
Pues no conviene pensar que el sexo del macho o de la hembra
atribuido a las plantas, a causa de su amor mutuo, contribuye en nada en la
producción de sus semejantes
Pero para no dilatar más la cosa, he
aquí
Primera parte de la obraTomad doce partes del más puro
menstruo de una hembra prostituida y una parte del cuerpo inferior perfectamente
lavado, mezcladlo todo junto hasta que toda la materia sea amalgamada en un vaso
ovalado y de cuello largo Pero es necesario añadir primero al cuerpo dos o
cuatro partes del menstruo, y dejarlo reposar aproximadamente durante quince
días, tiempo en el que se realiza la disolución del cuerpo
Tomad después
esta materia y estrujadla para extraer de ella el menstruo, que guardaréis sobre
el cuerpo que quedará tras la compresión, añadiréis una o dos partes de nuevo
menstruo, y lo dejaréis reposar aún ocho días, después de los cuales procederéis
como al principio, reiterando en lo mismo hasta que todo el cuerpo sea llevado a
agua
Todas estas operaciones se harán a fuego lento de cenizas y con el vaso
bien cerrado (bouché avec de la carte)
Segunda parte de la
obraTomad toda el agua de vida y colocadla en un vaso cerrado como el de
antes, y con el mismo grado de fuego de cenizas, que es el primer grado de
fuego, cada ocho días se formará una piel negra que flotará en la superficie y
que es la cabeza del cuervo, la cual mezclaréis con el polvo negro depositado en
el fondo del vaso, después de haber tirado por inclinación el agua de
vida
Volveréis a colocar esa agua en el vaso y volveréis a proceder del
mismo modo, hasta que ya no se forme más negrura
Tercera parte de la
obraTomad toda la cabeza de muerto que habéis amasado y colocadla en el
huevo filosófico a fuego de cenizas de encina, y sellad herméticamente su
orificio, pero usad una sola pasta en las junturas de las dos partes del huevo a
fin de que pueda ser abierto con facilidad
Durante los primeros ocho días,
más o menos, no daréis más de beber a vuestra tierra negra y muerta, porque está
aún embriagada de humedad
Después, cuando haya sido desecada y alterada, la
abrevaréis con agua de vida en igual peso
Abriendo el vaso a este efecto,
mezcladlo bien y, a continuación, lo volvéis a cerrar y lo dejáis reposar, no
hasta que sea totalmente desecado, sino sólo hasta la coagulación; continuad
después imbibiendo hasta que la materia haya absorbido toda el
agua
Cuarta parte de la obraTomad después esta materia y
colocadla en un huevo a fuego de segundo grado, dejándola así durante algunos
meses hasta que finalmente, después de haber pasado por diversos colores, se
vuelva blanca
Quinta parte de la obraUna vez la tierra sea
blanca, tendrá una potencia apropiada para recibir la semilla, a causa de la
fecundidad que ha adquirido por las operaciones precedentes
Tomad pues esta
tierra, después de haberla pesado, y divididla en tres partes
Tomad una parte
de fermento, cuyo peso sea igual a una de las partes de vuestra materia dividida
y cuatro partes del menstruo de la hembra prostituida, y haced una amalgama con
el fermento laminado, como antes, y con el menstruo, y haced la disolución a
calor lento durante catorce días, hasta que el cuerpo sea reducido a una cal
sutil, pues aquí no se busca el agua de vida
Tomad después el menstruo con
la cal del cuerpo y las tres partes de vuestra tierra blanca, y haced con todo
esto una amalgama en un mortero de mármol, amalgama que pondréis en un vaso de
cristal a fuego de segundo grado durante un mes
Finalmente, dadle al fuego
su tercer grado hasta que la materia se vuelva muy blanca, y su aspecto será
como el de una masa grosera y dura como la piedra pómez, pero pesada
Hasta
aquí llega la operación de la piedra al blanco
Para hacer la piedra al rojo se
debe operar de la misma manera, pero al final es necesario someterlo a fuego de
tercer grado durante más tiempo y de forma más vehemente que para la piedra al
blanco
Sexta parte de la preparación de la piedra para hacer la
proyecciónSon muchos los que han hecho la piedra desconociendo, sin
embargo, la manera de hacer la preparación para hacer la proyección
Y, sin
embargo, la piedra hecha y acabada no hace ninguna transmutación si no se hace
que tenga ingreso en los cuerpos
Por ello, romped vuestra piedra a trozos,
moledla y colocadla en un vaso bien enlutado hasta el cuello para que pueda
soportar un gran fuego, como el de cuarto grado, y sometedlo a fuego de carbón
tan fuerte que la arena alcance una temperatura tal que al lanzar sobre ella
unas gotas de agua se oiga un ruido, y tan fuerte que no sea posible tocar con
la mano el cuello del vaso que está sobre la arena a causa de su gran
calor
Mantened vuestro vaso en este grado de fuego hasta que vuestra materia
se convierta en un polvo muy sutil y muy ligero, cosa que, de ordinario, ocurre
en el espacio de un mes y medio
Séptima y última parte del aumento y
multiplicación de la piedraUna vez hayáis hecho la piedra, la podéis
multiplicar hasta el infinito sin necesidad de volver a hacerla de nuevo
Una
vez tengáis la piedra hecha y acabada por la quinta parte de la operación,
tomaréis la mitad de ella para usarla en la preparación necesaria para la
proyección, y la otra mitad la guardaréis para multiplicarla
Pesad pues esta
parte, y si pesa tres partes, tomad una parte, pero no del menstruo, sino del
agua de vida
Tendréis de este modo cuatro partes que pondréis en un huevo a
fuego de segundo grado durante un mes, después del cual pasaréis al tercer grado
del fuego hasta el final, como ya hemos enseñado antes en la quinta parte de la
operación
FINAL
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