La Rueda de la Fortuna es la décima carta del Tarot y simboliza los ciclos constantes de la vida, cambios, y la ley del karma. Esta carta nos recuerda que la fortuna es voluble y que siempre estamos en movimiento, ya sea hacia arriba o hacia abajo; nos alienta a permanecer centrados en medio del cambio. Es una carta altamente espiritual que habla del destino y sugiere que las oportunidades y las nuevas direcciones están en el horizonte.
La Fuerza es la undécima carta del Tarot y se asocia con la valentía, la compasión, la determinación y el poder interior. En lugar de usar la fuerza bruta, La Fuerza nos enseña que el poder más grande es ejercido a través de la suavidad y el control del espíritu sobre los instintos más básicos. Esta carta representa la fortaleza interna necesaria para superar los obstáculos y la capacidad de controlar las energías salvajes.
El Diablo es la decimoquinta carta del Tarot y está vinculada a las ataduras materiales y emocionales que nos impiden avanzar. Esta carta a menudo indica una situación de servidumbre autoimpuesta donde uno se encuentra atrapado por las tentaciones o las adicciones, perdiendo así la perspectiva espiritual. El Diablo sugiere la existencia de influencias negativas y de la sombra que pueden ser superadas con reconocimiento y conciencia.
Cuando estas tres cartas se presentan juntas en una lectura, se destacan importantes dinámicas espirituales y materiales en la vida del consultante.
La Rueda de la Fortuna combinada con La Fuerza habla de un periodo de transformación significativo donde el consultante está aprendiendo a mantenerse en control a pesar de los cambios inevitables en su vida. Esta combinación sugiere que, mediante su fortaleza interior y resiliencia, el consultante podrá navegar por estas transiciones con éxito.
La inclusión de El Diablo en esta tríada añade un matiz de advertencia; indica que es crucial para el individuo mantener la claridad de intención y no dejarse seducir por la complacencia o los deseos materiales que pueden obstruir su desarrollo espiritual o personal. La conjunción de estas cartas avisa de la necesidad de estar alerta frente a las propensiones autodestructivas o dependencias que deben ser enfrentadas y superadas.
En conjunto, las cartas ofrecen un mensaje de optimismo cauteloso. La Rueda de la Fortuna asegura que las oportunidades para avanzar están llegando, La Fuerza proporciona la resistencia mental y física necesaria para aprovechar estas oportunidades, y El Diablo recuerda al consultante que debe estar consciente de no caer en viejos hábitos o patrones que podrían obstaculizar su crecimiento.
Este trío exhorta al consultante a que asuma la responsabilidad de su destino, aplique su fuerza interior para mantenerse firme en el cambio y, a la vez, se libere de las influencias negativas que pudiesen limitar su potencial. La combinación La Rueda de la Fortuna, La Fuerza y El Diablo es, en definitiva, una poderosa llamada a la acción dirigida hacia la auto-liberación y al cumplimiento del propio propósito vital a través de la conciencia, el coraje y la autodisciplina.