La Muerte en el Tarot es un arcano que a menudo es malentendido, ya que simboliza el cambio profundo, la transformación y la renovación. Aunque pueda generar miedo o preocupación por su connotación literal, esta carta rara vez se refiere a la muerte física. En su lugar, invita a la reflexión sobre el fin de un ciclo y el comienzo de uno nuevo, invitando al consultante a dejar atrás lo que ya no le sirve para poder avanzar hacia su evolución personal.
La Torre es otra carta que frecuentemente es vista con temor debido a la imagen de destrucción y caos que la caracteriza. La carta significa una revelación súbita o un cambio abrupto que sacude los cimientos de la vida del consultante. Habla de necesidades de ruptura con estructuras rígidas, de liberación de situaciones opresivas y de la posibilidad de empezar de cero tras una catástrofe que, a menudo, es necesaria para el crecimiento personal.
El Mundo representa la culminación, la realización y el éxito. Esta carta simboliza la consecución de un importante ciclo de vida y el inicio de uno nuevo. Habla de completitud, integración y de un sentido de pertenencia. El individuo se encuentra en armonía con su entorno, alcanzando logros y una comprensión más profunda de su lugar en el universo. El Mundo habla de un ciclo que se cierra de forma positiva, permitiendo al consultante disfrutar de los frutos de su trabajo y esfuerzo.
La combinación de estas tres cartas poderosas habla de una travesía transformadora y disruptiva que conduce a la autorrealización y la completitud. La secuencia invita a una comprensión más profunda de los siguientes aspectos:
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En resumen, la combinación de La Muerte, La Torre y El Mundo es un mensaje poderoso de transformación personal y universal. Anuncia la deconstrucción de lo viejo para hacer espacio a lo nuevo y emergente, y asegura al consultante que, a pesar de los retos y las dificultades, hay una promesa de realización y armonía al concluir el proceso de cambio.