La carta de La Justicia, la número XI en los arcanos mayores, representa el equilibrio, la imparcialidad y la necesidad de considerar las acciones y sus consecuencias con un enfoque objetivo. Este arcano simboliza la búsqueda de la verdad y la justicia, así como la ley del karma: cada acción tiene una reacción equivalente, cada causa tiene un efecto. La presencia de esta carta puede estar señalando que una decisión importante está siendo sopesada o que se debe enfrentar una situación con honestidad y rectitud.
La Rueda de la Fortuna, catalogada con el número X de los arcanos mayores, ilustra el ciclo perpetuo de la vida y el flujo constante de la fortuna. Representa tanto la aleatoriedad como el destino, reflejando cómo el azar juega un papel en nuestras vidas. Este arcano habla de cambios imprevistos, ya sean fortuitos o desfavorables, y nos recuerda que la única constante es el cambio en sí. Nos anima a adaptarnos a la evolución de las circunstancias y a tener en cuenta que cada momento de caída o ascenso es temporal y parte de una secuencia más grandiosa.
La Fuerza es la carta número VIII (o XI dependiendo de la baraja) en los arcanos mayores del Tarot, y representa la valentía, la determinación y el poder del espíritu humano. Esta carta no se trata de la fuerza física, sino más bien de la fuerza de voluntad y la fortaleza emocional necesarias para superar obstáculos y miedos. Nos señala que la compasión, la autoconfianza y la perseverancia son necesarias para enfrentar los desafíos de la vida. También sugiere que uno debe enfrentar sus problemas con coraje y deber moral.
La combinación de La Justicia, La Rueda de la Fortuna y La Fuerza en una lectura de Tarot puede ser interpretada como un poderoso mensaje sobre el control y la adaptabilidad en nuestra vida. Juntas, estas cartas insinúan que, aunque el destino juega su papel en la forma como se despliegan nuestros caminos, nuestra fuerza interior y sentido de la justicia son claves para navegar por esos cambios.
La Justicia nos pide que actuemos de manera equitativa y considerada, equilibrando nuestra lógica y emoción. La Rueda de la Fortuna advierte que los cambios son inevitables y que debemos estar preparados para subirnos a la ola de la incertidumbre, con las altas y bajas que ello conlleva. Finalmente, La Fuerza nos enseña que, independientemente de las vueltas que tome el destino, nuestra resiliencia y el coraje son fundamentales para mantenernos en pie y seguir adelante.
El mensaje en conjunto también sugiere una fase de transformación personal donde es crucial mantener el equilibrio y la justicia en nuestras acciones, mientras que nos adaptamos a los giros del destino con valentía y determinación. Está combinación puede ser indicativa de que el consultante está en un punto en el que es posible afirmarse y lograr el éxito, siempre y cuando mantenga su integridad y utilice su poder interior para manejar los desafíos que se presentan.
Esta tríada de cartas en el Tarot nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras decisiones y acciones se alinean con el concepto de la "justicia universal" y cómo el equilibrio kármico puede influir en los ciclos de nuestros triunfos y retos. Nos recuerda que tenemos la fuerza para influir en nuestros destinos, pero también debemos reconocer y adaptarnos a las fuerzas más allá de nuestro control.