La carta de La Justicia, portadora del número XI en los arcanos mayores, representa el equilibrio y la armonía. Es un símbolo de verdad y justicia imparcial. La aparición de esta carta sugiere la necesidad de un análisis cuidadoso de las situaciones para llegar a un juicio justo. Denota responsabilidad y la necesidad de ser honesto consigo mismo y con los demás. En términos de astrología, La Justicia se asocia a menudo con el signo de Libra, el baluarte del equilibrio y la equidad.
El Colgado lleva el número XII y a menudo se interpreta como una necesidad de pausar y considerar las cosas desde una perspectiva diferente. Representa el sacrificio voluntario y la suspensión temporal de la acción para alcanzar una comprensión más profunda. Esta carta nos desafía a abrir nuestras mentes y considerar que puede ser necesario renunciar a algo para avanzar espiritual o emocionalmente.
Representado por el número XXI de los arcanos mayores, El Mundo simboliza la consecución de un viaje y la celebración del éxito. Es una carta que nos habla de la realización y de la culminación de un ciclo importante en la vida. El Mundo puede indicar tanto el fin de una fase como el comienzo de una nueva. Representa la realización, la totalidad y la integración.
La aparición conjunta de La Justicia, El Colgado y El Mundo en una lectura de Tarot sugiere un camino complejo pero integral hacia la autenticidad y el pleno desarrollo personal. Esta combinación indica que la verdad y la justicia serán importantes para el consultante, pero que será necesario hacer algunos sacrificios para alcanzar un nivel más alto de conciencia o éxito. La Justicia demanda imparcialidad; El Colgado pide contemplación y la aceptación de que a veces es necesario dejar ir para crecer; El Mundo, finalmente, promete que esos esfuerzos no serán en vano y que habrá un sentido de totalidad y realización después de pasar por las pruebas anteriores.
Estas cartas nos hablan de un periodo de transición caracterizado por decisiones justas, consideración de perspectivas únicas y nuevas, y finalmente, la culminación de un proceso significativo. La rectitud y la introspección conducen al éxito y al cumplimiento de los objetivos. El consultante se encuentra en un punto clave donde es esencial mantenerse en su verdad, estar dispuesto a mirar desde diferentes ángulos y saber esperar con paciencia la llegada de la plenitud hacia la cual se dirige.