En la práctica del Tarot, LA FUERZA representa el coraje, la persistencia y la fortaleza interior. Es la demostración de la capacidad humana para domar los instintos animales, tanto simbólica como literalmente. Su presencia en una tirada simboliza la importancia de la mente sobre la materia y la capacidad para sobreponerse a los obstáculos mediante la determinación y el control de uno mismo.
EL DIABLO es una carta que a menudo se asocia con la materialidad, la obsesión y el engaño. Indica una situación de atrapamiento o adicción, en la que uno puede verse limitado por emociones sensoriales, deseos o necesidades materiales. La energía del Diablo es una advertencia contra la esclavitud de los deseos terrenales, y refleja una necesidad de reconocer esas ataduras para poder liberarse de ellas.
LA TORRE simboliza el cambio dramático y a veces violento. Es el desmoronamiento de estructuras, creencias o situaciones que se consideraban estables. La carta ilustra una sacudida necesaria para liberarnos de ilusiones y darnos cuenta de verdades importantes. A pesar de su naturaleza aparentemente destructiva, La Torre también brinda la posibilidad de reconstrucción sobre bases más sólidas.
Cuando LA FUERZA, EL DIABLO y LA TORRE aparecen juntas en una lectura, la narrativa se centra alrededor de un proceso de transformación intensa donde la voluntad y la fortaleza interior serán puestas a prueba por desafíos que podrían parecer abrumadores.
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En conclusión, este trío de cartas destilado en una lectura del Tarot apunta hacia una época de desafíos significativos que, si se manejan con valentía y conciencia, pueden ser el catalizador para una profunda reconstrucción personal y espiritual. La resistencia se encontrará, pero la persistencia en el camino del autoconocimiento y la liberación de las limitaciones autoimpuestas puede conducir a un renacimiento prometedor y enriquecedor.