La carta de La Fuerza es el arcano número XI en el Tarot y simboliza el coraje, la determinación y la paciencia. A nivel espiritual, esta carta invoca la imagen de la fortaleza interior y sugiere que el consultante tiene la capacidad de enfrentar sus miedos y desafíos con compasión y autocontrol. La Fuerza muestra una figura serena domando suavemente a un león, reflejando así la idea de que la verdadera fuerza proviene de la combinación de energías internas y externas en un equilibrio armonioso. Esta carta también alude a una época de crecimiento personal y de dominio sobre los aspectos más salvajes de nuestra personalidad.
El Diablo, que lleva el número XV, es una carta que a menudo se malinterpreta. Representa las cadenas del materialismo, la obsesión y la esclavitud a patrones de comportamiento autodestructivos. Nos habla de nuestras sombras y las tentaciones que pueden desviarnos de nuestro camino. La figura central del Diablo está rodeada por figuras encadenadas, significando la sensación de estar atrapado en una situación por nuestras propias elecciones. Aunque puede parecer siniestra, esta carta también sugiere que la libertad es posible si tomamos conciencia de nuestras restricciones y trabajamos para liberarnos de ellas.
El Sol, arcano número XIX, es una de las cartas más positivas del Tarot. Es el emblema del éxito, la alegría, la claridad y la vitalidad. Representa un amanecer espiritual o un despertar que trae consigo una nueva comprensión y una perspectiva fresca. Esta carta ilumina con su energía radiante, sugiriendo una época de felicidad inequívoca y de logro personal. El Sol nos asegura que, después de la oscuridad, siempre llega la luz, y que la verdad y la honestidad son las llaves para mantener esta luz brillante.
Cuando La Fuerza, El Diablo y El Sol aparecen juntos en una tirada, nos hablan de un viaje poderoso que involucra la transformación a través de la superación de adversidades. Esta tríada sugiere que el consultante ha luchado con sus demonios internos y externos, representados por El Diablo, pero que con la compasión y la determinación de La Fuerza, es posible romper esas cadenas autoimpuestas.
La aparición de El Sol al final del trío es particularmente auspiciosa, insinuando una resolución feliz a una lucha. La claridad y alegría ofrecidas por esta carta son el resultado directo de haber enfrentado valientemente los desafíos y haber logrado un dominio sobre las oscuras tendencias previamente simbolizadas por El Diablo.
En resumen, las tres cartas en conjunto nos hablan del viaje del alma desde las profundidades de la tentación y la autolimitación hacia la autorrealización y el éxito personal. Representan un poderoso llamado para confiar en la propia fuerza interna mientras se enfrentan y superan los obstáculos de la vida, prometiendo una culminación en la radiante vitalidad y la verdad iluminada que nos entrega El Sol. Este es un mensaje de esperanza y aliento, recordando a todos que incluso en los momentos más oscuros, la luz de la verdad y la fortaleza del espíritu humano prevalecerán.