Tiene sentido que la figura del Nueve de Espadas esté en la cama porque es durante la noche cuando nuestras penas y remordimientos vienen a la mente con mayor intensidad. La tranquila oscuridad elimina las distracciones del día, dejándonos solos con nuestros pensamientos. ¿Quién no se ha quedado despierto a las 4 AM lleno de preocupaciones que se niegan a desaparecer? El Nueve de Espadas representa esa infelicidad que puede golpearnos en cualquier momento.
A diferencia del dolor del Tres de Espadas que parece venir de fuera, el Nueve de Espadas representa el dolor que generamos desde dentro. Qué torturas a las que nos sometemos cuando nuestros miedos y dudas nos abruman. La preocupación es probablemente la más común. ¿He hecho lo suficiente? ¿Saldrá todo bien? ¿Que voy a hacer? Los pensamientos dan vueltas y vueltas, imposibles de apagar.
La culpa es otra fuente de dolor. Cuando hemos hecho algo que sentimos que está mal o que nos hace daño, o no hemos hecho algo que creemos que deberíamos hacer, la angustia puede ser muy real. Es peor cuando nada de lo que hacemos alivia los malos sentimientos o los hace desaparecer. Finalmente, solo hay pura angustia. A veces el dolor de la vida es tan total que todo lo que tenemos ganas de hacer es llorar en nuestras manos.
No hace falta decir que el Nueve de Espadas no es la más agradable de las cartas, pero no siempre indica una gran angustia. A menudo es solo una señal de algún elemento de infelicidad o problema, un punto vulnerable en tu vida. Esta carta es a menudo una advertencia de su Guía Interior de que el camino que está recorriendo puede ser difícil. Si te acercas al Nueve de Espadas con este espíritu, como una señal de precaución, podrás usarlo constructivamente. Examine su situación cuidadosamente para asegurarse de que está tomando las mejores decisiones. Incluso un pequeño cambio puede marcar la diferencia.
El Nueve de Espadas representa el aislamiento. Tenemos que aprender a abrir nuevas vías o canales de comunicación. Debemos hablar de aquello que nos retrae. De acuerdo con esta carta, deberíamos pasar por un confesionario para liberarnos de la cárcel que nos hemos creado. ¿Qué le impide salir?
Culpa, manos atadas, cosas que hemos hecho mal, depresión, represión.
Reconoce, exterioriza, aislamiento, admite, verdad.